Vicente Barrera centró este domingo todas las miradas. El matador de toros retirado y vicepresidente valenciano hasta el pasado mes de julio llevaba cinco años proponiendo en su calidad de vecino de la capital valenciana la celebración por las calles de su distrito de un encierro taurino simulado para los niños. Pero hasta que no llegaron al poder el pasado año su partido, Vox, y el PP, tanto en el Ayuntamiento como en la Generalitat, el Consistorio de la ciudad no aprobó esta carrera infantil, a cuyos participantes se les ha proveído incluso de publicaciones enrolladas que llevaban en una mano, como si se tratara de los sanfermines, antes de correr perseguidos por unas carretillas con astas simuladas en uno de sus extremos, empujadas por una persona.