Entró cojeando, escoltado y custodiado por cuatro agentes que no lo perdieron de vista en ningún momento. Estaba vestido con el uniforme caqui de la cárcel, llevaba el pelo largo y la barba crecida y cubierta de canas. Se le veía disminuido físicamente, aunque también estaba sorprendentemente sonriente y por momentos, aturdido. Así lució este viernes Ismael El Mayo Zambada en su primera audiencia con el juez Brian Cogan, el mismo que condenó a Joaquín El Chapo Guzmán y al exsecretario Genaro García Luna. El capo de 76 años no pronunció una sola palabra en el tribunal y se aferró a un audífono colocado en su oreja izquierda para seguir la causa criminal en su contra. La vista duró apenas unos 15 minutos y se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad en la corte de Brooklyn, Nueva York. Cogan, protagonista de la ofensiva judicial de Estados Unidos y azote de los narcos mexicanos, reconoció la naturaleza compleja del caso y dijo que era elegible para la imposición de pena de muerte por la gravedad de las acusaciones contra el cofundador y jefe de jefes del Cartel de Sinaloa. Está previsto que El Mayo comparezca otra vez el próximo 15 de enero.