Buscaban adolescentes vulnerables en discotecas de menores, anuncios de trabajo e incluso en colegios. Insistían hasta convencerlas de que podrían ganar mucho dinero “dejándose acompañar y tocar” por “señores mayores” y acababan por prostituirlas en pisos, despachos y locales a los que las trasladaban en taxis piratas. Así funcionaba la trama de prostitución de menores que fue destapada hace una década en Murcia y por la que este miércoles se ha condenado a 13 personas a través de un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, por el que han reconocido los hechos de los que se los acusaba a cambio de una rebaja sustancial de las penas que permitirá que ninguno de ellos pise la cárcel.