El presidente de Argentina, Javier Milei, se definió a sí mismo en junio como “el topo que destruye el Estado desde adentro”. Este lunes, su discurso en Naciones Unidas con ataques contra este y otros organismos internacionales supone también la ruptura de los puentes del Estado argentino hacia afuera, con la comunidad mundial. Las palabras del dirigente ultraderechista van acompañadas de acciones: se ha negado a suscribir el Pacto de Futuro que marca la hoja de ruta para afrontar desafíos crecientes como el desarrollo sostenible, el cambio climático y la cooperación digital, entre otros.